jueves, 11 de enero de 2024

EL ÚLTIMO DÍA. ADIÓS A 52 AÑOS DE HISTORIA EN Y DE MÁLAGA.

    Que en esta vida todo llega es tan cierto como que estáis leyendo estas líneas y que cien años no son nada es igualmente tan cierto como que un comercio de Málaga capital ha cerrado definitivamente sus puertas, dando por terminada una larga historia que tuvo sus comienzos allá por 1927.

   El pasado viernes, día cinco de enero de 2027, a las 20:50 horas echaba el cierre por última vez la joyería malagueña Javier de Laguno. Habían pasado desde que se levantó por primera vez cincuenta y dos años, tres meses y tres días.

   Efectivamente, el día dos de octubre de 191, Javier de Laguno Zuzuarregui, relojero, abría al público un nuevo comercio en la ciudad de Málaga, un comercio que era, básicamente un taller de relojería y venta de relojes donde, además, se vendía algo de joyería.

   Sin ánimo de ser exhaustivo y llenar la cabeza de letras y más letras, voy a empezar por el principio.

   El quince de agosto de 192 nacía en Madrid Javier de Laguno Zuzuarregui, hijo de una familia acomodada y muy bien relacionada en la Villa y Corte. Por azares de destino, que ahora no vienen a cuento, reveses de la fortuna unidos a la desgraciada Guerra Civil, dejaron a la familia en una situación bastante precaria que sortearon como buenamente pudieron, como la mayoría de las familias españolas.

   A los dieciocho o diecinueve años, marcha Javier como voluntario a realizar el servicio militar, siendo destinado primeo a Cádiz y luego a Huelva donde conocería a Esparanza Oviedo Orellana y con quien en 1950 contrajo matrimonio y con quien compartió la siempre incierta aventura de la emigración, terminando el matrimonio en Caracas, Venezuela, donde tras unos primeros empleos en dos o tres actividades, encontró Javier la que sería la vocación de su vida y su medio de vida: la relojería.

   De modo que ayudado por su juventud, sus ansias de triunfar, su profunda fé cristiana y su capacidad de trabajo, inició sobre 1952 su carrera profesional, convirtiéndose con el paso de los años en un reputado relojero trabajando en reconocidas joyerías y relojerías de la capital venezolana.


Primer sello profesional de Javier de Laguno

   Tras pasar unos cuantos años en Ultramar, en 1964 tomo el traspaso de una joyería en el número 2 de la calle Martínez, de Málaga, metiendo poco después como socio a un familiar. Este estado de cosas, permaneció hasta 1970, que le vendió su parte del negocio a este familiar y tomó en alquiler uno de los locales que la empresa Taillefer acababa de ofertar en el número 20 de esa misma calle y tras acondicionarlo y dotarlo de todo lo necesario, abrió al público una nueva tienda:

Javier de Laguno - Técnica Relojera Joyería

Hacia 1975

   Desde el primer momento, se convirtió este nuevo establecimiento en un referente de la relojería, no solo en Málaga, sino que también traspasó los límites de la provincia y ello debido al nombre, buen nombre, que D. Javier ya había adquirido desde 1964.

   A esto, sumar que desde sus tiempos de Venezuela había procurado dotarse de las herramientas y la  maquinaria más modernas que salían al mercado, permitiéndole "atacar" con éxito cualquier reloj, fuese de la marca que fuera. Tan es así que, por ejemplo, la joyería Marcos le mandaba los relojes de la marca Rólex y otros de esa categoría para que se los reparara.

   El estar siempre al cabo de la calle en lo último del mundo relojero, le permitió reparar los relojes que las nuevas tecnologías iban poniendo en el mercado, es decir, los relojes digitales, los relojes de cuarzo.

   Que era un relojero reputado da cuenta que cuando la marca japonesa de relojes SEIKO, del que era concesionario oficial en Málaga, organizó un viaje a Japón para visitar sus fábricas y almacenes reducido a veinte relojeros españoles, D. Javier fue uno de los elegidos, pasando cerca de veinte días en Japón, como quien dice a mesa y mantel.

   Añadir que fue el representante para Ceuta, Melilla y la Costa del Sol de los relojes industriales de la marca Solaris.

   Pero la desgracia vino a visitarle y en un viaje que estaba realizando por Centroeuropa, el quince de septiembre de 1978 tuvo un accidente de circulación que acabó con su vida.

   A partir de ahora, comenzaba una nueva época en  Javier de Laguno - Técnica Relojera Joyería.

   Efectivamente, el negocio continuó de la mano de su hijo César, quien desde el principio había estado formándose junto a su padre en lo referente al negocio: compras, ventas, inventarios, almacén, bancos, ... y todo ello a la vez que realizaba sus estudios de Económicas en la Universidad de Málaga.

   Por ese lado no había problema, César conocía todo lo que había que saber para que el negocio pudiera continuar su marcha. Desgraciadamente, el tener que hacerse cargo de éste hizo que tuviera que abandonar sus estudios universitarios.

Hacia 1998

   Tras superar los primeros tiempos de incertidumbre provocados por la muerte de Javier, el negocio vuelve a tomar velocidad de crucero, creándose César, al igual que lo hizo su padre, un buen nombre en el gremio.

   Las cosas se mantuvieron así hasta que el dieciocho de julio de 1989, a las 18:30 horas, el negocio sufrió un atraco perpetrado por tres delincuentes, en el cual fue casi completamente desvalijado, dejando a César -y a su madre y dos de sus hermanos- con una mano y otra detrás. En la ruina, vamos.

   Gracias a que como he dicho antes el negocio y César gozaban de una buena reputación, las casas de joyería con las que trabajaba se volcaron en ayudarle, surtiéndole de todo lo necesario para que pudiera continuar, como así ocurrió.

   Este atraco, marcó un antes y un después en la manera de concebir el negocio, pues a raíz de él cambió el tipo de joyería ofertado, ofreciendo a partir de entonces una joyería más comercial, metiendo más género y más variado, adoptando, además, a partir de entonces una nueva política: pagaba de contado todo lo que compraba.

   Conforme pasaba el tiempo y dándose cuenta que el cliente malagueño demandaba, además de lo comercial, un tipo de joyería de más calidad y, por tanto, de más precio, empezó a meter piedras preciosas de mayor empaque, a la vez que empezó a formarse en gemología, nuevas técnicas comerciales,  mercadotecnia, diseño, dibujo, etc., así como asistir de forma periódica a las ferias de joyería, primeramente en  Córdoba y Madrid y posteriormente a Munich, Idar Oberstein, ...

   Este nuevo enfoque del negocio consiguió atraer a un nuevo cliente que antes ni se fijaba en el negocio, consiguiendo a base de calidad, buen servicio, oferta y precios competitivos situarse entre las mejores joyerías de la ciudad.

Desde abril de 2007

   Uno de los elementos que influyeron, entre varios, fue la introducción, lenta pero constante, de nuevas piedras en su oferta, haciendo que junto a las tradicionales, en su escaparate brillaran con luz propia otras nuevas hasta entonces desconocidas por el gran público, lo que unido a los diseños que en base a estas piedras realizaba, hizo de César y de la joyería Javier de Laguno punto de referencia obligado en el gremio joyero y en otros ámbitos de la vida social malagueña.

   Hacer notar que en 1998 decidió quitar el apartado de relojes del negocio, convirtiéndose en la única joyería de Málaga que ni vendía relojes ni los reparaba.

   No todo fue un camino de rosas, desde luego. Tras el atraco hubo de superar la crisis económica que siguió al año de 1992 y posteriormente a la que hubo en 2008, reciclándose en ambas e incluso adelantándose a la de 2008, pues el año anterior realizó una reforma integral de la joyería, echándola abajo entera y haciendo una nueva totalmente diseñada por él.

   Reseñar que aunque desde siempre había estado yendo a la joyería, es desde 2007 que su hermano Fernando estuvo trabajando de forma continúa en la tienda, permaneciendo hasta el día del cierre definitivo.

   Superada con éxito esta crisis, el negocio marchaba razonablemente bien hasta que llegó la epidemia de Covid, que supuso un verdadero antes y después en el negocio y no deseando ya hacer un nuevo esfuerzo en adaptarse a los nuevos modos de comprar que surgieron tras la pandemia, en noviembre de 2022 puso la tienda en liquidación por jubilación, durando esta liquidación hasta el cinco de enero de 2024, que a pocos días de cumplir los sesenta y nueve años, echó el cierre por última vez, poniendo punto y final a una historia que, como dije al principio, empezó un quince de agosto de 1927.


César de Laguno y su hermano Fernando.

   La joyería Javier de Laguno ha aparecido en la prensa, el periódico diario SUR, en algunas ocasiones. Doy cuenta aquí tan solo de tres de ellas:

1- Marzo de 2021

https://www.diariosur.es/economia/empresas-malaguenas/javier-laguno-joyeria-20210323115335-nt.html

2- Febrero de 2022

https://www.diariosur.es/economia/empresas-malaguenas/razones-joya-mejor-20220209164516-nt.html

3- Diciembre de 2023

https://www.diariosur.es/malaga-capital/joyeria-javier-laguno-cierra-tras-medio-siglo-20231213142845-nt.html

   Además, ha colaborado la joyería en todos estos años con la Ciudad de los Niños, con una asociación contra el Alzheimer, con el Club de Leones, el Festival de Cine Español, Caritas, Las Hermanitas de los Pobres, ...

   Ha sido miembro del Gremio de Joyeros de Málaga, del que César fue Vocal, y de la Federación Andaluza de Joyeros.

Periódico SUR del 16-12-2024

Joyería Javier de Laguno

Málaga - 2024

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